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Poder Sanador Del Amor
Ser discípulo de Jesús significa tomarnos el tiempo necesario para sentarnos a los pies del Maestro y aprender de él todo aquello que tiene para trasmitirnos y enseñarnos.
"Dios es amor" (1 Jn 4, 16) es la primera y fundamental enseñanza que debemos incorporar en todas las áreas de nuestra vida. Dios tiene el poder de sanar las heridas que nos impiden amar sanamente y la delicadeza suficiente para sellar las grietas por donde se escapa el amor que recibimos de él.
Sólo tomando conciencia de nuestra necesidad de recibir su amor y abriéndonos a esa poderosa presencia y acción divina, podremos alcanzar la vida plena y ser misioneros del amor de Dios.
"Que la Santísima Trinidad nos guíe en este itinerario del desarrollo de la virtud de la caridad, a fin de que podamos experimentar que, viviendo en clave de un amor en continua expansión, sentiremos cada vez más la felicidad de estar vivos".